Hoy comenzamos a andar un camino muy diferente al que estamos acostumbrados...
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Hace muchos años en un libro de primaria, la maestra nos hacia leer un texto que llevaba como título "El campo y la ciudad...", aún recuerdo que tenía un dibujo de un peón de estancia y una vaca, y en contrapunto unos edificios altísimos con personas caminando por veredas angostas...
Hoy, después de tanto tiempo, vi esa misma diferencia tan pero tan marcada, que me corrió un escalofrío por la espalda...
Hace unos meses el plan conectar del gobierno pobló las escuelas de netbook para chicos de secundaria y profesores, el progreso llegó a nosotros!! pensamos todos... es una genialidad dar clases asi, todo al alcance de un click... enseño en una escuela secundaria y la verdad es un avance enorme, se respira tecnología en cada salón.
Además de esto, doy clases en el Colegio Superior Nivel Terciario, donde los esfuerzos han sido tantos que tenemos toda la tecnología, el capital humano y alumnos dedicados de lleno a la tarea informática. Con personas asi de comprometidas se hizo un "Proyecto", para enseñar en una escuelita rural cercana a nuestra ciudad... Algo apasionante de hacer, que con un poquito de presión logramos que aprueben allá arriba donde casi nadie se acuerda estas escuelitas...
Con toda la emoción del mundo de la que escribe, Flor y Andrea, ah! sin olvidarme del apoyo virtual de Marita, fuimos a la escuela rural Nº 605, y nos encontramos con algo más...
Ahí los chicos no tienen netbooks, no usan celulares, no tienen computadoras, no crecieron con la tecnología... pero lo que no les falta son esas ganas de aprovechar cada instante de la hora de informática, los ojos maravillados de ramirito un nene de primer grado decían todo... jugaron y navegaron en internet... algo demasiado nuevo para algunos...una experiencia inolvidable para nosotras...
Cuando terminaron las nuevas y flamantes seños su clase, nos volvimos no solo con la simplicidad de una clase cualquiera... trajimos la calidez y alegría de un grupo maravilloso de personitas, la gratitud y dulzura de la seño Pilar y del resto del personal...
Eso muchas veces no se encuentra en la ciudad, no les parece?...
Ana.-
